La Corona

Texto del Autor de la Corona, D. Antonio J. Dubé de Luque:

“Hace algunos años ya de mi amistad con los queridos hermanos de esta Corporación, concretamente desde que restauré la magnífica imagen del Señor, uno de los mejores Nazarenos que posee nuestra Provincia.

Esta amistad llevaría a estos cofrades a encargarme, más que por méritos propios, por la estima que mutuamente perdura, algo tan entrañable y a la vez de tanta responsabilidad como es el diseño de la corona de oro para la Coronación Canónica de la bellísima imagen de Nuestra Señora del Rosario, su titular.

Esta presea se realizaría en oro y debía ser un complemento para la Señora, como símbolo de la realeza de Maria sin restarle protagonismo a su bendito rostro. Por ello, basándome en la medida de su faz, comencé a dibujar, primeramente, lo que sería el canasto de esta corona.

Así y con minucioso calado distribuí los motivos vegetales que la componen, distribuidos en su alrededor en sectores delimitados por unos querubes alados cuyas manos sujetan bandas en la que grabadas aparecen invocaciones de la letanía del Santo Rosario. Todo el canasto de esta corona va incrustado de pedrería, destacando las aguamarinas oscilantes para que al cimbrar lancen los destellos propios de esta piedra.

Calados igualmente son sus imperiales con inserción de piedras preciosas que en su confluencia superior, sustentan la bola del mundo y sobre ella una Cruz de brillantes.

El resplandor va totalmente calado y los rayos independientes para que la presea no aparente sensación de pesadez sobre la cabeza de la Virgen. De éste penden hacia el interior del canasto unas guirnaldas de rosas, flor ésta que se repite como decoración por toda la corona, como identificación con el Santo Rosario

Culmina esta corona con el Espíritu Santo a manera de paloma con sus alas desplegadas y rodeadas de rayos áureos, para ser cincelada en platino y engastada en brillantes.”

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